CARLOS TOYOS Esteban Salinas llegó a Zamora a finales de verano y, en apenas unos meses, ya se siente como uno más de los habitantes de la ciudad a las orillas del Duero. Vino para formar parte del nuevo proyecto del MMT Seguros y su participación con el equipo de Eduardo García Valiente, líder del Grupo A de Primera Nacional, le permitido participar en una de las citas más importantes para la vida de un deportista: Un Campeonato del Mundo. El pivote chileno, que ha vivido el torneo que está en boca de todos los españoles desde dentro, regresa a la rutina con valiosas experiencias y dispuesto a llevar a los «Guerreros de Viriato» a la División de Plata.
-Ya está de vuelta del Campeonato de España 2013. Un torneo que todo el mundo ha seguido en sus casas. ¿Cómo es este torneo desde dentro?
-Es una experiencia muy intensa en todos los sentidos. Desde el duro trabajo que hace falta para llegar a jugarlo hasta el hecho de enfrentarte a los mejores jugadores del planeta. Son muchos partidos en apenas 20 días y muchas horas pensando solo en balonmano.
-¿Le costó mucho poder tener un hueco en Chile para jugar el Mundial?
-Jugar un Mundial siempre va unido de mucho trabajo y esfuerzo. En mi caso, con 20 años recién cumplidos, puedo decir que he tenido que sacrificar muchas cosas para poder ir. Dejar atrás amigos, alejarte de tu familia y darlo todo para poder hacerte un hueco. Pero es así y estoy muy contento de haber tenido esta oportunidad y espero poder vivir nuevas experiencias como esta en un futuro próximo.
-Una oportunidad que se le brinda jugando en Zamora.
-Sí, no sé muy bien gracias a qué o quién -ríe- pero la posibilidad de estar en este Mundial me llega estando en Zamora y jugando para un club al que tengo que agradecer, en gran medida, el poder haber estado en una cita así porque es mi actuación en la pista con el MMT Seguros la que me dio la oportunidad de jugar con Chile el Mundial.
-Un torneo en el que se ha visto la cara con selecciones muy potentes. ¿Qué es lo que le ha impresionado más?
La intensidad del Mundial se nota sobre todo fuera de la pista, por ejemplo en el hotel. Nosotros, en Sevilla, lo compartíamos con Dinamarca y es algo único estar en las mismas instalaciones que Jesper Noddesbo o Mikkel Hansen, mejor jugador del Mundo en 2011, y sentirte como uno de ellos. O al menos así me sentía yo estando allí -ríe-.
-Y allí en el hotel, ¿ya intuían que España podía ganar el Mundial?
-Todos sabemos el potencial que tiene España en balonmano y que contaba con muchas posibilidades, más siendo la anfitriona. Cuanta con grandes jugadores, la liga Asobal es de los campeonatos más prestigiosos del planeta y esa es una muestra de su nivel. En Chile, todos conocen a los jugadores de la selección española y equipos como el Barcelona. Era una de las favoritas.
-Lo ha sufrido en sus propias carnes.
-Sí. Nosotros jugamos contra ellos antes de la cita mundialista, en el «Domingo Bárcena». Pensamos que podíamos haber hecho un papel mejor y pelear por el partido un poco más, pero nos pasaron por encima y ganaron de 20. Luego, se proclamó campeona ganando a Dinamarca casi de 20 y ves que no estuvo tan mal -ríe-.
-En cuanto a su participación, ¿cómo la definiría?
-Yo diría que agridulce. A nivel colectivo no ha sido muy positiva pero en lo personal estoy bastante satisfecho. En el apartado colectivo, mi selección acudía con la expectativa de mejorar el papel hecho en el pasado Mundial donde acabamos en el puesto 22º. En esta ocasión, tras ganar a Australia, hemos terminado en el puesto 23º, así que no puedo estar muy contento por ello.
El único rival que podíamos vencer era Qatar pero fallamos siete contragolpes claros y entramos desconcentrados al partido. Y eso no puede pasar porque los jugadores se preparan durante dos años para estos encuentros.
En lo personal, por contra, puede decir que regreso satisfecho, aunque siempre se puede mejorar.
-De hecho, a medida que ha pasado el torneo ha ido teniendo más protagonismo y marcando más goles.
En el primer partido, esperaba jugar los últimos minutos y cuando corría el 20 de la primera parte el entrenador me mandó a calentar. Fue una sorpresa para mí y, pese a los nervios, salí a darlo todo. Se me dio bien y fui acumulando más minutos. En cuanto a los goles, tampoco he anotado tantos. La responsabilidad la tomaban los demás, por ejemplo mi hermano, pero trate de aportar lo que pude y estoy realmente contento de haber podido gozar de una oportunidad así.
-Quizá no anotó más goles porque se medía a defensas muy potentes y usted no destaca mucho por si físico. ¿Le ha servido de experiencia?
-Sí. Es cierto que no soy muy grande, lo tengo claro y en un Mundial se nota aún más porque te cogen y te tiran a un lado como si nada. Pero me ha permitido conocer como he de prepararme tanto física como psicológicamente de cara este tipo de defensas en un futuro y, quién sabe, si en un próximo Mundial. Sé que no mido 1,90, pero soy un pivote de 1,82 que puede hacer cosas que los jugadores más altos no pueden hacer y he de sacarle partido. Ser un poco más pillo, utilizar mi velocidad y, si se puede, ganar algo de peso -en músculo- durante los próximos años.
-Antes hablaba de su hermano Rodrigo. ¿Cómo se vive siendo el hermano de la estrella de tu selección?
-Muy bien, Rodrigo me da consejos siempre y me ayuda a mejorar. Supone todo un orgullo ser el hermano de uno de los mejores jugadores de Chile, que tire de la selección y sea uno más en Asobal, que allí se ve como un sueño.
-¿Intentará seguir sus pasos? ¿Se ve jugando en la liga Asobal? -Yo miro hacia allí , con ilusión, pero con los pies en la tierra. Yo me veo en Primera Nacional -ríe-.
-¿Y en División de Plata?
-Hay que ir paso a paso para eso también. Mucho trabajo queda por delante.
-¿Cómo te ha recibido Zamora? ¿Qué opinas de la ciudad?
-Me siento muy a gusto aquí Me sorprendí mucho al llegar, porque cuando supe que venía a jugar aquí me esperaba una ciudad pequeña y pensaba en algo muy diferente. Es un sitio especial, que me ha acogido con los brazos abiertos, y el club es muy familiar. Tengo gran relación con todos: entrenadores, directivos, presidente y compañeros; gracias a ellos me es más fácil vivir aquí, aunque extraño a la familia pero eso es parte del esfuerzo que hay que hacer para poder vivir mi sueño.
-¿Ves con posibilidades al equipo de ascender?
-Falta mucho. El equipo está bien, tanto físicamente como a nivel de juego. Es un grupo muy unido y si seguimos en la misma línea que hasta hora se puede. ¿Por qué no?
-Ahora, una pregunta comprometida. ¿Cree que algún compañero podría haber dado el nivel en el Mundial? Elija a uno para formar parte de Chile.
-Me gustaría elegir a todos -ríe-, pero me llevaría a Octavio.
-¿Seguirá Salinas siendo parte del MMT Seguros el próximo año?
-Eso no depende solo de mí. Yo estoy muy bien aquí y si la directiva quiere y todo va bien, sí, me gustaría seguir en Zamora.