Balonmano chileno hace historia y se queda con el bronce en Guadalajara
Chile logró la quinta plaza en Río de Janeiro 2007 y Santo Domingo 2003. Por su parte los rivales de la jornada, República Dominicana alcanzaron la cuarta posición, el mejor registro de su historia, tras lograr la sexta plaza en 2007 y la séptima en 2003.
La selección de balonmano masculino de Chile hizo historia en los Panamericanos de Guadalajara al obtener su primera medalla de bronce panamericana en esta modalidad, tras vencer a República Dominicana por 24-27.
Chile logró la quinta plaza en Río de Janeiro 2007 y Santo Domingo 2003. Por su parte República Dominicana alcanza la cuarta posición, el mejor registro de su historia, tras lograr la sexta plaza en 2007 y la séptima en 2003.
Patricio Martínez fue el máximo anotador de los chilenos, con cinco tantos, pero fue superado por los ocho goles en 14 intentos de Carlos Mirabal.
Arrancó el partido con una primera mitad muy igualada, primero con los golpes de República Dominicana (2-0) y, poco después, con la reacción chilena (3-6) a base de goles por parte de Patricio Martínez y Guillermo Araya.
La igualdad comenzó a reinar en el duelo. Los dos conjuntos lograban llevar a cabo tirones aunque insuficientes para lograr distanciarse. Chile, encerrado en su férrea estrategia defensiva de 6-0, y Dominicana apostando por la velocidad y el contragolpe con unos inspirados Mirabal y Franalbert Aybar.
Las pérdidas de balón (7-3 en contra de los de Félix Romero) desnivelaban la balanza a favor de Chile al descanso (10-12), que emprendió la segunda mitad completamente desatado y volcado en pos de la victoria (15-19, 16-21) con la ayuda de su fastuoso portero titular, Felipe Barrientos.
El conjunto de Fernando Capurro pisaba el acelerador sin encontrar apenas resistencia, y a pesar de que Dominicana se vio al borde del precipicio y dio el do de pecho (21-22, m.50) a base de coraje, el equipo volvió a bajar el ritmo incapaz de hacer frente el torrente de juego chileno (23-27, m.58).
Su constancia y solidez tuvo recompensa final. La historia les abría las puertas de par en par.
Fuente: El Mostrador
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