Francia: Les bleus champions du munde

"Francia es un ejemplo a seguir", sentenció el entrenador alemán Heiner Brandt al periódico galo Le Figaro. Una frase que describe el poderío que ostenta la selección de Claude Onesta, el sucesor del reconocido Daniel Constantini, el cual logró en Suecia el título número 8. Los ensoñados resultados de la armada francesa se basan en la fabricación de excelentes jugadores de balonmano, tanto física como técnicamente. Todos podrían haber pensado que las noveles caras de Accambray (22 años), Barachet (22 años) y Joli (25 años) no responderían de la forma como lo hicieron. 

Pero estos jugadores, sumados a Abaló (26 años), Karabatic (26 años) y compañía, pertenecen a esa fábrica de hacer balonmanístas francesa. Un proyecto que data hace más menos 20 años atrás, y que forma jugadores que a los 19 o 20 años ya están listos para tener su primer contrato en cualquiera de los equipos profesionales franceses. La formación involucra un trabajo desde los 15 años, donde los jóvenes entrenan bajo el régimen de los centros de formación.

La escuela francesa fomenta la creación de talentos. Los cuida y los lanza al estrellato internacional, pero de igual forma está fortaleciendo su liga. Es así como hoy no se ven problemas financieros como los que aquejan a más de las mitad de los clubes españoles de ASOBAL, y tampoco tienen las debilidades de la selección germana, que a pesar de contar con la liga más onerosa del mundo, no puede establecer el equilibrio con su equipo nacional como quedó demostrado en este mundial. 

El carismático video de los jugadores: